domingo, 18 de septiembre de 2011

EL CAMBIO EN MÍ

Me siento para el orto. Extraño a mis amigos, extraño saber lo que quiero y lo que no quiero. Lindos días de verano porteño, botellas llenas, botellas vacías, conocer y olvidar personas y chistes. Olor a pasto cortado, reír mucho, enojarme.

Pero el mundo gira, e inevitablemente volvemos a algún lugar. Ahora mi momento es aquí, esto es lo que me toca vivir… Es complicado, vivir no viene con manual. Hay miedos y deseos e incertidumbres. Y todo, un día, parecía más fácil.

Pero todo bien, los perros siguen con ganas de pasear, la vida sigue su rumbo, el planeta no reclama de dolor. Nosotros cagamos con todo, y el mundo sigue girando, sin lloriquear; pero si, nos rasca como a pulgas, y no hay cómo argumentar en contra.

Seres humanos. Podemos elegir entre ver los seres humanos dignos o indignos, los que hacen o no la diferencia. Como se puede imaginar que del mismo material tenemos a Gandhi y a Bush?

Pero si, el amor sigue vivo, el amor sigue en la calle, en los besos adolescentes, en las abuelas, en los papás solteros, en las canciones pedorras y en películas de Hollywood.
Más amor, no importa como o cuanto, pero más amor.

Y para la gente que vive en esta vida un infierno, que venga la luz, que venga la fuerza divina, que venga el valor, la gravedad gravitacional. Nosotros estamos juntos, juntos en el amor, por un mundo mejor.

El cambio empieza en uno, que empiece el cambio en mí.